Se caracterizó por ser una cantante polémica. Salió y entró varias veces en los hospitales y también se la conocía por su adicción a las drogas y al alcohol. Tuvo problemas con su marido, que era un toxicómano como ella y que estuvo en la cárcel. Amy confesó que había intentado suicidarse
y que fumaba unas 200 libras de marihuana a la semana.
Su última aparición tuvo lugar el miércoles por la noche cuando salió al escenario a bailar con su ahijada Dionne Bromfield, incitando a la gente a que comprara su último disco.
Fue una artista excepcional con una gran voz que desgraciadamente ha tenido un final trágico a la corta edad de 27 años. Figuras del mundo de la música y la comunicación han mostrado su sorpresa y pesar al enterarse de la noticia.
